SE JUEGA COMO SE VIVE
Esta frase se la escuché decir a un periodista, de quién no recuerdo el nombre, hace muchos años, y daba a entender que los problemas de la sociedad se trasladaban al juego, y es lógico, debe ser así, nadie se puede abstraer y mantenerse al margen de lo que sucede en su hábitat, y como desde hace muchos años ya, VIVIMOS MUY MAL EN LA ARGENTINA, esto en el fútbol se nota y mucho, en la vida cotidiana vemos como el incumplimiento de las obligaciones, de los contratos, la evasión fiscal, el trabajo en negro, el maltrato, la falta de educación y trabajo, y la violencia, entre otros males, se han vuelto algo natural y hasta aceptado, producto de la corrupción política y de la destrucción de la educación pública, y en el fútbol pasa lo mismo, la violencia, de la que hemos hablado una y otra vez desde hace décadas, se incrementa lejos de atenuarse, y el “descarnado comercio de jugadores”, por llamarlo de alguna manera, donde se mezclan intereses de todo tipo, representantes, intermediarios y otros “buitres”, todos sacan “su tajada” de este negocio gigantesco que es el fútbol, y en el medio, los jugadores, a quienes los dirigentes de los clubes les prometen “el oro y el moro” y luego los dejan de “a pié”, los representantes que “les llenan la cabeza” con cifras millonarias y a veces terminan jugando en Turquía y tienen que “escaparse por la ventana” como Ortega, o “muriéndose” de frío en las estepas Rusas jugando en partidos donde no van ni 5.000 personas; es todo una GRAN CONFUSIÓN, hay una pérdida de valores impresionante, y el dinero les hace “perder la cabeza” a unos cuantos y luego terminan pagándolo caro, algunos jugadores “desaparecen” y se frustran, promesas de grandes cracks terminan en el anonimato, producto de emigrar muy jóvenes y cuando aún no terminaron su formación, pero la “zanahoria” que les ponen adelante es muy poderosa y caen en la tentación, en definitiva, el negocio lo hacen los dirigentes y los intermediarios, y por supuesto que están las excepciones, aquellos (los menos) que se adaptan y triunfan en otros países, pero la mayoría vuelve “con la frente marchita”, como dice el tango.
En estos días tenemos un par de casos que vienen a colación, uno es el del “Chaco” Torres de Blanquiceleste, como no le cumplieron lo pactado, según él, dijo “no juego más en Racing”, además de “atenderlo” a De Tomasso (le dio “con un palo”), y el otro es Lavezzi, dijo exactamente lo mismo, pero de San Lorenzo, yo no sé que dicen los contratos, pero no me parece que sea la forma el decir “chau, no juego más”, imagínense Uds. sí cualquiera de nosotros en su trabajo, cualquiera que sea, decidimos no ir más o no proveer tal producto a un cliente, y “nos pegan un voleo justo ahí” y no vemos “un mago más”, pero en el fútbol es todo más “sui géneris”, en ambos casos son jugadores que vienen de inferiores y el club hace un aporte muy importante en la formación del jugador, que muchas veces (las más) no se valora, en todo caso me parece que ambos deberían haber dicho: “me sigo entrenando pero no juego hasta que se solucione el problema”, pero aquí es evidente que entra lo que les decía más arriba, hay un problema de falta de educación y de cumplimiento de contratos, y aquí tiene mucha influencia el manager del jugador, que debería aconsejarle: 1º que vaya a la escuela, y además que cumpla con sus obligaciones, pero no, estoy seguro de que son ellos quienes los instan a utilizar una posición de fuerza, de ruptura, son estas cosas que no se explican porque llegan a este punto de conflicto; los dirigentes, por su parte, no son precisamente “ángeles”, aunque hay algunos que “vuelan” pero en “el infierno”, pero también para ellos debe ser muy complejo manejar estas situaciones donde se ven presionados por el jugador que se quiere ir, la gente que “los putea” porque no presentan un equipo “competitivo” (como le dicen ahora), el déficit endémico que arrastran los clubes, los pibes de inferiores que “se rajan” (caso Trejo en BOCA), los malos resultados, la prima de los técnicos, a los que tenés que “echar” a mitad de campeonato pero que quieren cobrar todo el contrato, y todo esto en el “after office”, ya que los dirigentes no son rentados.
Esta frase se la escuché decir a un periodista, de quién no recuerdo el nombre, hace muchos años, y daba a entender que los problemas de la sociedad se trasladaban al juego, y es lógico, debe ser así, nadie se puede abstraer y mantenerse al margen de lo que sucede en su hábitat, y como desde hace muchos años ya, VIVIMOS MUY MAL EN LA ARGENTINA, esto en el fútbol se nota y mucho, en la vida cotidiana vemos como el incumplimiento de las obligaciones, de los contratos, la evasión fiscal, el trabajo en negro, el maltrato, la falta de educación y trabajo, y la violencia, entre otros males, se han vuelto algo natural y hasta aceptado, producto de la corrupción política y de la destrucción de la educación pública, y en el fútbol pasa lo mismo, la violencia, de la que hemos hablado una y otra vez desde hace décadas, se incrementa lejos de atenuarse, y el “descarnado comercio de jugadores”, por llamarlo de alguna manera, donde se mezclan intereses de todo tipo, representantes, intermediarios y otros “buitres”, todos sacan “su tajada” de este negocio gigantesco que es el fútbol, y en el medio, los jugadores, a quienes los dirigentes de los clubes les prometen “el oro y el moro” y luego los dejan de “a pié”, los representantes que “les llenan la cabeza” con cifras millonarias y a veces terminan jugando en Turquía y tienen que “escaparse por la ventana” como Ortega, o “muriéndose” de frío en las estepas Rusas jugando en partidos donde no van ni 5.000 personas; es todo una GRAN CONFUSIÓN, hay una pérdida de valores impresionante, y el dinero les hace “perder la cabeza” a unos cuantos y luego terminan pagándolo caro, algunos jugadores “desaparecen” y se frustran, promesas de grandes cracks terminan en el anonimato, producto de emigrar muy jóvenes y cuando aún no terminaron su formación, pero la “zanahoria” que les ponen adelante es muy poderosa y caen en la tentación, en definitiva, el negocio lo hacen los dirigentes y los intermediarios, y por supuesto que están las excepciones, aquellos (los menos) que se adaptan y triunfan en otros países, pero la mayoría vuelve “con la frente marchita”, como dice el tango.
En estos días tenemos un par de casos que vienen a colación, uno es el del “Chaco” Torres de Blanquiceleste, como no le cumplieron lo pactado, según él, dijo “no juego más en Racing”, además de “atenderlo” a De Tomasso (le dio “con un palo”), y el otro es Lavezzi, dijo exactamente lo mismo, pero de San Lorenzo, yo no sé que dicen los contratos, pero no me parece que sea la forma el decir “chau, no juego más”, imagínense Uds. sí cualquiera de nosotros en su trabajo, cualquiera que sea, decidimos no ir más o no proveer tal producto a un cliente, y “nos pegan un voleo justo ahí” y no vemos “un mago más”, pero en el fútbol es todo más “sui géneris”, en ambos casos son jugadores que vienen de inferiores y el club hace un aporte muy importante en la formación del jugador, que muchas veces (las más) no se valora, en todo caso me parece que ambos deberían haber dicho: “me sigo entrenando pero no juego hasta que se solucione el problema”, pero aquí es evidente que entra lo que les decía más arriba, hay un problema de falta de educación y de cumplimiento de contratos, y aquí tiene mucha influencia el manager del jugador, que debería aconsejarle: 1º que vaya a la escuela, y además que cumpla con sus obligaciones, pero no, estoy seguro de que son ellos quienes los instan a utilizar una posición de fuerza, de ruptura, son estas cosas que no se explican porque llegan a este punto de conflicto; los dirigentes, por su parte, no son precisamente “ángeles”, aunque hay algunos que “vuelan” pero en “el infierno”, pero también para ellos debe ser muy complejo manejar estas situaciones donde se ven presionados por el jugador que se quiere ir, la gente que “los putea” porque no presentan un equipo “competitivo” (como le dicen ahora), el déficit endémico que arrastran los clubes, los pibes de inferiores que “se rajan” (caso Trejo en BOCA), los malos resultados, la prima de los técnicos, a los que tenés que “echar” a mitad de campeonato pero que quieren cobrar todo el contrato, y todo esto en el “after office”, ya que los dirigentes no son rentados.
Entonces, sí metemos todos los “ingredientes” mencionados precedentemente en una licuadora y los batimos, tenemos una mezcla explosiva, exactamente lo que está sucediendo desde hace años, y como las cosas se hacen mal, por lo complejo del tema y la ineptitud de algunos dirigentes, el que siempre sale perjudicado es el club, ya sea porque no entra todo el dinero de las transferencias que debería vía desvíos “non sanctos”, (en River todavía no se sabe en cuanto vendieron a Francescoli en 1986, hay o había una causa judicial por esto), porque no se llega a cobrar todo lo pactado (cuantos ejemplos de esto hay, Blanquiceleste le debe a BOCA u$s 280.000.- de la venta de Crosa hace más de 2 años), porque, como “las gallinas” o el famoso “fondo de inversión” de BOCA que “inventó” Macri, se ven obligados a “hipotecar” % de los jugadores, que cuando se vendan realmente, el beneficio será para terceros y no para el club.
Hay muchas otras situaciones más, pero con esto me parece que sobra para describir un panorama “más que negro”, lo lamentable es que los clubes argentinos están realmente en desventaja en el mercado internacional, aquí juegan los que “están de vuelta” y vienen a retirarse, y los muy pibes, como puede ser que el Atlas de México, un cuadro desconocido, le pueda ofrecer a Morel el triple de lo que le paga BOCA ???, la verdad, sí me preguntan, no tengo la solución a este “bolonqui”, lo sufro como hincha de ver que no podemos retener a nuestros mejores jugadores, pero indudablemente la solución no pasa por el fútbol sino por el país: SI ARGENTINA NO LEVANTA CABEZA, ESTAMOS TODOS “FRITOS”, NI FÚTBOL VAMOS A PODER VER !!!.
Un saludo cordial,
HORACE de la BOCA
Un saludo cordial,
HORACE de la BOCA
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